Enviado por
José María Rebés

Efemérides: Accidente en Barajas (7-12-1983)

 Fecha y hora de inicio
 
07/12/2015 11:48:05
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Rostros serios, tensión, miedo o simplemente dolor, pocos pasajeros de aquél vuelo de Puente Aéreo de Iberia sonreíamos. Era el 9 de diciembre de 1983, viernes, apenas 48 horas después del trágico accidente ocasionado por la niebla de Barajas, según dijeron. Fue el segundo accidente con víctimas en Barajas en pocos días, el anterior a este del 7 de diciembre todavía llenaba páginas de los diarios, el del Avianca del 27 de noviembre de 1983, solo 10 días antes.

A bordo de un rápido Boeing 727 yo nada temía, aun cuando solo fuera por estadística nada podía temer, pero ¿dos accidentes con muchísimas víctimas mortales en 10 días no indicaban serios problemas de seguridad en Madrid-Barajas? Las conversaciones de los pasajeros apuntaban en esa dirección: Barajas no era un aeropuerto seguro, los diarios habían ampliamente informado de la carencia de sistemas óptimos para el caso de niebla, y nosotros, simples pasajeros sin conocimientos en infraestructuras aeroportuarias ni en sistemas de aproximación, dábamos por cierto que Barajas no era seguro. "Que no haya niebla", pensábamos muchos.

«Accidente ocurrido el 07 de diciembre de 1983 a las aeronaves McDonnell Douglas DC-9 y Boeing B-727-200, matrículas EC-CGS y EC-CFJ, en el aeropuerto de Madrid-Barajas». Así se inicia el informa técnico oficial del accidente, fechado en mayo de 1986, dos años y medio después del accidente.



«SINOPSIS: Las aeronaves Boeing B-727 EC-CFJ de la Compañía IBERIA que realizaba el vuelo regular IB-350 (Madrid-Roma) y Douglas DC-9 EC-CGS de la Compañía AVIACO en vuelo regular AO-134 (Madrid-Santander) colisionaron en la pista 01/19 del Aeropuerto de Madrid-Barajas.

El B-727 había sido autorizado a despegar de la pista 01 y se encontraba en V1.

El DC-9 había sido autorizado a proceder al punto de espera de la pista 01 por la rodadura exterior.

Las condiciones de visibilidad del aeropuerto eran de luz diurna con niebla intensa».



El accidente se produjo al invadir el DC-9 la pista de despegue durante la carrera de despegue del B-727. Sin duda la niebla produjo un error en el carreteo del DC-9, equivocando los pilotos la calle de rodadura.

En sus conclusiones el informe técnico destaca que:


«f) Las condiciones de visibilidad debidas a la niebla, en la zona por la que rodó la aeronave DC-9, eran muy inferiores a las que se podrían deducir de los datos tomados en el Aeropuerto en los diferentes puntos establecidos para ello.

g) Las transmisiones de la aeronave DC-9, respecto a su posición, no fueron suficientemente precisas ni se pidió aclaración a ellas por el Controlador de Rodadura».


De hecho el Controlador de Rodadura ni siquiera supo en un primer momento que se había producido un impacto entre dos aviones. La siguiente conversación, tras escucharse le impacto, lo demuestra:


«Controlador de Coordinación - ¿Qué ha sido eso?
Controlador de Rodadura - Pues un tío que ha abortado despegue por un reventón de neumáticos. Sí.
Controlador de Torre - Tres cinco cero
Controlador de Rodadura - No le digas nada hasta que diga algo».


Sigue el informe en sus conclusiones:


«h) El aeropuerto estaba en fase de transformación para adaptarlo a una nueva calificación. Se estaba procediendo a una remodelación estructural que incluía mejoras de señalización y de cambios de rodadura, parte de las cuales se habían ya realizado. Las tripulaciones eran conscientes de ello.

i) No había un plan específico para el rodaje de aeronaves en condiciones de mala visibilidad, ni los operadores habían establecido normas concretas para las tripulaciones. Por lo que las instrucciones de movimiento en tierra quedaban al criterio del control de superficie, dependiendo exclusivamente del informe de la posición de las aeronaves».


En definitiva, el DC-9 rodó por la pista equivocada sin ayudas visuales adecuadas, y además con cierta descoordinación entre el piloto y el copiloto, ocupado éste en otras tareas durante la rodadura.
Justo antes del accidente el DC-9 había comunicado:


«Controlador de Rodadura - AVIACO Uno Tres Cuatro, ¿me da posición?
AVIACO - Mire, en tierra no se ven las indicaciones del OSCAR CINCO, estamos rodando con rumbo CERO, con rumbo CERO DIECINUEVE, con rumbo CIENTO NOVENTA, perdón, y aparentemente entrábamos en el tramo» (refiriéndose al tramo O-5). En ese momento se produjo la colisión.


El DC-9 había rodado por la calle J-1, una calle que iba directamente a intersectar la pista 01/19, en lugar de rodar paralelo a ella por O-8, O-7, O-6 y O-5, tramo en el que debía avisar al Controlador de Rodadura. Este tramo, el O-5, carecía de letrero de identificación, simplemente era el siguiente al O-6. El piloto a los mandos creyó, al entrar en 01/19, que había llegado al O-5, dada la ausencia de letrero en el tramo. Había un letrero al llegar a la 01/19, pero repintado en negro para tapar lo que contenía, un "NO ENTRY", dado que el letrero de "NO ENTRY" se encontraba ahora al inicio de J-1, pero no fue visto por los tripulantes, quizás por la niebla o quizás porque, según las pruebas técnicas, ese letrero del inicio de la J-1 era visible solo 3 segundos durante la rodadura.

A partir de la entrada en J-1 la tripulación estuvo pendiente de localizar los letreros de los tramos O-8, O-7 y O-6, sabiendo que el tramo O-5 carecía de letrero. De hecho entraron el DC-9 en la 01/19 girando ligeramente a derecha para ello desde la J-1, cuando debían haber seguido siempre recto por los tramos OSCAR. Es el momento de esa última conversación, y se percibe un cierto desconcierto en los pilotos en cuanto a su posición real. En el instante previo al impacto el DC-9 había realizado un giro más a derecha que le situó totalmente cruzado en la pista 01/19.

El B-727 colisionó por su parte izquierda delantera del fuselaje (más o menos donde se ensancha la cabina de tripulantes para concertirse en cabina de pasajeros) con la punta del ala izquierda del DC-9, cruzado en la pista. El DC-9 giró por el impacto quedando en paralelo al B-727 y en sentido contrario a éste, perdiendo el ala izquierda y el tren de aterrizaje #1, perdiendo el B-727 también su ala izquierda. Se produjo un incendio a causa de la rotura del plano y del derrame del combustible. El DC-9 explotó, pereciendo todas las personas a bordo. En el B-727 sobrevivieron 42 de los 93 ocupantes.

Las recomendaciones del informe técnico apuntaban en la dirección de la mejora de señalizaciones, incluyendo el aviso de "NO ENTRY" en todas las intersecciones con las pistas de despegue/aterrizaje, como de la mejora de la instrucción de tripulaciones y coordinadores de tierra.
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